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Póngase en contacto con nosotrosLas expectativas de los clientes sobre las experiencias que obtienen de las marcas han evolucionado mucho en los últimos años. Comprender su trayectoria y mantener esas expectativas en todas las fases de la relación es fundamental para garantizar que los clientes disfruten de una experiencia excelente.
¿Cómo lo consiguen las marcas? Pues gestionando el recorrido del cliente, pueden entender mejor a sus clientes, mejorar su satisfacción y fidelizarlos a largo plazo.
Empecemos con algunas definiciones, y luego entraré un poco más en detalle sobre la gestión de los viajes de los clientes.
¿Qué es exactamente el recorrido del cliente? ¿En qué se diferencia de la experiencia del cliente? Por recorrido del cliente se entiende la serie de interacciones o el proceso integral que sigue un cliente cuando se relaciona con una marca u organización. En términos más generales, abarca todo el ciclo de vida, desde la concienciación inicial hasta la salida, pasando por las interacciones posteriores a la compra. Además, la experiencia del cliente incluye los sentimientos, las emociones y las percepciones de esas interacciones.
Cuando hablamos de customer journeys y de satisfacer las expectativas de los clientes para diseñar y ofrecer una gran experiencia, tenemos que pensar en el concepto de gestión del customer journey. En términos sencillos, se refiere al proceso de entender, mapear y optimizar la experiencia que tienen los clientes cuando interactúan con tu marca.
Consiste en seguir el recorrido del cliente desde el conocimiento inicial de la marca hasta la toma de decisiones, la compra y más allá. El objetivo de la gestión del recorrido del cliente es crear una experiencia fluida y positiva en cada etapa de la relación del cliente con la organización.
Las marcas adoptan una visión holística de las interacciones con los clientes y las optimizan para crear una experiencia fluida, atractiva y valiosa. Se trata de un esfuerzo estratégico que no solo aumenta la satisfacción y la fidelidad del cliente, sino que también proporciona a las organizaciones una ventaja competitiva en el actual panorama empresarial centrado en el cliente.
Una experiencia del cliente bien gestionada es aquella que es fluida, coherente y positiva en las distintas interacciones que el cliente tiene con una marca, desde el momento en que conoce la marca hasta mucho después de la compra. Se trata de ofrecer una experiencia coherente que satisfaga las expectativas del cliente en cada punto de contacto, en cada canal.
Una experiencia del cliente bien gestionada gira en torno a la comprensión y satisfacción de las necesidades del cliente en cada etapa de su relación con la marca. Se trata de crear una experiencia memorable y positiva que genere confianza, fidelidad y apoyo. El viaje se diseña y optimiza con el cliente en el centro, garantizando que cada punto de contacto contribuya a una experiencia global coherente y satisfactoria.
Como se puede deducir a estas alturas, la gestión de los viajes de los clientes es excelente para los clientes. Cuando se hace bien. (Está claro que los clientes se benefician de una mejor experiencia; al comprender el recorrido del cliente, las organizaciones pueden ofrecer experiencias personalizadas y fluidas, cumpliendo e incluso superando las expectativas de los clientes. Algunas de las optimizaciones de la experiencia son:
Como ya he dicho, cuando se hace bien, tanto el cliente como la empresa salen beneficiados. Pero, ¿qué significa "bien hecho"? ¿Cuáles son algunos de los pasos fundamentales para implantar la gestión del recorrido del cliente? Suponiendo que ya cuente con el compromiso ejecutivo para los recursos necesarios para la implantación, tendrá que hacer lo siguiente.
La gestión de la experiencia es un proceso continuo que requiere un seguimiento y una optimización periódicos. A medida que cambian los clientes y cambian sus necesidades y expectativas, hay que adaptar el recorrido en consecuencia.
No puede ejecutar la gestión de la experiencia del cliente sin las herramientas o tecnologías adecuadas. Las herramientas y tecnologías específicas que necesitará dependerán del tamaño y la complejidad de su empresa y de sus objetivos de gestión de la experiencia del cliente.
Cumplir las expectativas de los clientes es hoy más difícil que nunca, pero acaba de leer sobre un gran concepto que puede mantenerle en el juego y, mejor aún, proporcionarle una ventaja competitiva. Recuerde que la gestión de la experiencia es un proceso continuo que sitúa al cliente en el centro de atención, garantiza que los clientes alcancen los objetivos y resultados deseados cuando interactúan con su marca y hace que vuelvan para seguir haciendo negocios, porque a los clientes les gusta hacer negocios con marcas que les entienden y se preocupan por ellos, que simplifican la experiencia y que personalizan en función de sus necesidades.
Annette Franz, CCXP es fundadora y consejera delegada de CX Journey Inc. Inició su carrera profesional en el sector de la experiencia del cliente en J.D. Power and Associates en 1992, y cuenta con 30 años de experiencia (tanto del lado del cliente como del vendedor) ayudando a las empresas a comprender a sus empleados y clientes y a identificar los factores que impulsan la retención, la satisfacción, el compromiso y la experiencia general, de modo que empleados, clientes y empresas obtengan los beneficios y logren los resultados deseados.
El éxito del servicio al cliente exige una innovación constante y un compromiso de mejora continua. Para conseguirlo, debe ser capaz de implantar nuevas tecnologías con rapidez para satisfacer las necesidades cambiantes de los clientes, los empleados y la empresa.
Los clientes esperan más que nunca una experiencia omnicanal. Quieren la comodidad de poder moverse sin problemas entre diferentes canales digitales y humanos.